descansan
en algún cuarto oscuro
con un
tono siniestro
escondidas
agazapadas
profanas
una
puerta se abre de imprevisto
entra de
costado un rayo de luz
invade la
sombra
ellas
sorprendidas
ojos
narcotizados
cuerpos
despojados
soñolientos
y salvajes
la luz es
la violencia que se impone.